Pocos artists tuvieron un año más movido, y más significativo que Fiona Apple. Tuvo momentos bajos y complejos, como su detención por posesión de hachís, los cuestionamientos a su físico y su peso, y la enfermedad terminal de su perra de 14 años la obligó a cancelar su gira sudamericana. Pero también fue un año de triunfos. La artista salió de su auto exilio del mundo musical tras siete años, y publicó lo que es el mejor álbum de toda su carrera, y también el mejor álbum del año. Con un título tan excéntrico como ella, "The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do" es su trabajo más maduro y logrado, cuya principal fuerza está en la intimidad que la neoyorquina logra crear mientras se desnuda psicológicamente frente al mundo. Apple no es ajena a manifestar su propio perfil psicológico en sus letras, pero en su cuarto LP logra pulir estas creaciones para hacerlas lo más directas posibles. Todas los aspectos de las canciones están constituidas con especial cuidado y cálculo, pero también llenas de pasión y emoción.
Atrás quedó la producción de su colaborador habitual Jon Brion, caracterizada por grandilocuentes arreglos orquestales, para pasar a un álbum totalmente acústico, y prácticamente sin guitarras. Todo para que la figura de Fiona sea la principal atracción del disco. Porque "The Idler Wheel..." es un viaje directo a la cabeza de Apple, y a su aproblemada manera de pensar. El opening con "Every Single Night" oculta cierto aire siniestro y bizarro dentro de la dulce melodía llevada por marimbas, mientras la cantante declara en el coro "Todas las noches son una batalla con mi cerebro". Temas como "Valentine" recuperan el espíritu cabaretesco de sus álbumes anteriores, pero se esfuma rápidamente para dar lugar a algo más oscuro con "Johnathan", una canción de amor bastante atípica con un piano lúgubre y disonante, y "Left Alone", donde la cantante aborda sus frustraciones sentimentales, gritando con voz quebrada "¿Cómo le puedo pedir a alguien que me ame, si lo único que hago es rogar que me dejen sola?".
Temas como "Periphery" y "Regret" abordan el despecho a hacia una ex pareja, pero de manera bastante opuesta. Mientras la primera canción está llena de ironía mientras canta "A todo ese amor le debe haber faltado algo si es que me aburrí tratando de comprenderte", la segunda está llena de rabia, y relata los pormenores de una relación psicológicamente abusiva, con un coro explosivo y furioso, que se sale de los clichés de canto femenino afinado para pasar a algo mucho más visceral, siendo la mejor canción del año en términos vocales. Pero no todo en el álbum es negativo. Las primeras diez canciones pueden ser emocionalmente abrumadoras ("Werewolf" es la canción más desgarradora del año), por lo que Fiona es lo suficientemente inteligente de dar un descanso al auditor en sus últimos dos temas. "Anything We Want" es una hermosa cancion de amor con una animada línea de percusión, mientras que la sexy "Hot Knife" cierra todo de manera espectacular con varias voces superpuestas cantando una letra hipnotizante.
"The Idler Wheel..." no sólo es un álbum emotivo, hermosamente compuesto, e intenso a más no poder. También es la declaración musical más honesta del año y es extremadamente valiente. En un mundo y un negocio que implica tanto aparentar, Fiona Apple no le teme a ser siempre directa, a no dejar que la encasillen, a cambiar permanentemente, y a expresar su locura. Porque si algo queda claro en su cuarto y mejor trabajo, es que está loca. ¿Pero saben qué? La cordura está absolutamente sobrevalorada.
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