jueves, 5 de abril de 2012

Lo que nos dejó Lollapalooza Chile 2012: Día 2.

Por Matías De la Maza, María Ignacia Pentz y Bastián García

Fotos por María Ignacia Pentz

El segundo día de Lollapalooza Chile se venía más intenso que el primero, y se notaba, incluso, antes de entrar al Parque O’higgins. La cantidad de gente desplazándose hacia el recinto en el metro aumentó considerablemente en comparación al día anterior. Una vez adentro, nos pudimos dar cuenta de la magnitud de lo que iba a implicar la jornada: Había por lo menos el doble de personas que el sábado. Todo esto debido al atractivo que implicaba Foo Fighters, y otras bandas de peso que se presentarían ese domingo.



Temprano pasaron BBS Paranoicos y Camila Moreno. Lo de la banda punk rock fue pura potencia, una gran presentación; mientras que Camila sorprendió, impregnó el espíritu del festival a su música: más colorido, más espectáculo (que nos hizo recordar a Björk y Florence + The Machine). Excelente versión de la cantautora.

Pero el primer plato fuerte saldría a escena a las 13:30 hrs. Muchísima gente empieza a amontonarse en el Claro/LG Stage y gritan de emoción cuando sale a escena Foster the People. El trío de indie pop se mandó un concierto sólido, presentando lo mejor de su primer álbum, que sonó mucho más potente en vivo que en su versión de estudio. Así pasaron éxitos como “Call It What You Want”, “Don’t Stop” y el excelente hit “Pumped Up Kicks”.

Inmediatamente nos fuimos al Coca Cola Stage, donde la fiesta la continuó Friendly Fires. La banda dance punk, liderada por Ed Macfarlane, que en una hora no dejó de bailar, fue pura energía. Sonaron sus temas más conocidos como “Skeleton Boy” y “Jump In The Pool” y deleitaron a los fánaticos con un final inmejorable: un triplete con “Paris”, “Hawaiian Air” y “Kiss Of Life”. Un exitazo.



Caso opuesto al de Band Of Horses, que si bien tienen una elegancia indudable, sobre el escenario demuestran una energía mínima. Una presentación que contuvo lo mejor de su repertorio. Y aunque no logran una conexión total con el público, los fanáticos se fueron muy contentos con el debut en Chile de Ben Bridwell.

A las 16:30 hrs, cuando estos tocaban la última nota de “The Funeral” de Band of Horses, puntualmente se suben al Coca Cola Stage la banda de Brooklyn, TV On the Radio, uno de los grupos más importantes de la década pasada, pero unos desconocidos en Chile. Su show fue completamente arrollador. Con un comienzo potente con “Halfway Home”, se marcaba la tónica de lo que se vería en la próxima hora: Guitarras ruidosas, sintetizadores distorsionados, trombones y una batería ensordecedora. Los mejores momentos se vivieron con la euforia bailable de “Dancing Choose”, el lamento furioso de “Blues From Down Here”, la experimentación sonora de “Young Liars” y por supuesto, su mayor hit, la frenética “Wolf Like Me”. Un cover de “Waiting Room” de Fugazi cerró una de las mejores y más intensas presentaciones de Lollapalooza 2012 (si no la más).



Mientras Joan Jett se tomaba el escenario principal, dentro del Movistar Arena se vivía una sudorosa jornada de fiesta. Con una cancha llena, Tinie Tempah entra a escena sonriente e hiperquinético, maravillado por la recepción del público, que coreaba y bailaba todos sus temas. Poco menos de una hora duró su presentación que mezcló hip hop con música electrónica y pop. El rapero se despidió prometiendo volver a Chile, y no parecía estar mintiendo. Y para cerrar un turno muy variado, en el Alternative Stage los Illya Kuryaki, el dúo funk de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, hicieron disfrutar a un público que estaba ansioso de ver su vuelta a los escenarios. “Coolo”, “Jennifer del estero” y “Latin Geisha” fueron parte de una intensa y sensual presentación.



Quince minutos después, llegaba el momento para uno de los shows más esperados de la jornada. Unas 30 mil personas esperaban al dúo sicodélico MGMT, y estallaron cuando estos se suben al escenario para tocar “Congratulations” seguida de “Electric Feel”. Pero algo no anduvo bien. Aparte de problemas de sonido (estuvieron muy bajos) la puesta en escena de la banda estuvo extremadamente débil. No mostraron empatía ni manejo de público, y rápidamente quedó claro que su show sería intrascendente. Después de “Kids” (que fue tocada demasiado temprano en el set) la gente empezó un éxodo masivo hacia el otro escenario principal. Una lástima para un grupo que debe aprender a plasmar su potencia discográfica en sus presentaciones en vivo. Distinta situación vivió Sonny Moore, aka Skrillex, que en el Perry’s Stage se matriculó de crack: hizo vibrar a un Movistar Arena repleto desde hacía horas para poder verlo. Así como Calvin Harris el día anterior, este domingo, la electrónica y el dubstep llevaron el nombre de Skrillex.



Hasta allí, llevábamos una jornada que no tuvo nada que envidiarle a los más grandes festivales musicales alrededor del mundo. Pero el plato de fondo, haría que el resto del orbe nos envidiara a nosotros.

Al fin llegó el momento que todos esperaban. Eran las 21:30, pero el Parque O’higgins era una caldera. Las 60 mil personas que se ubicaban frente al escenario Claro no dejaban espacio para ningún alma más. Con siete minutos de retraso, Dave Grohl sale a escena agitando su guitarra y levantando sus brazos al aire, dejándose amar por el público. Atrás el resto de los Foo Fighters haciendo lo suyo. Empieza a sonar “All My Life” y se desata la locura. El concierto había comenzado. Con un principio rápido y pesado, con clásicos como “My Hero” y “Learn to Fly”, más sencillos recientes como “Rope”, los Foo’s dejaban en claro la excelente presencia escénica que tienen. Grohl lanzaba miradas cómplices y hacía reír al público con sus payasadas. Eso sí, no todo estuvo a la altura. La voz del cantante estaba bastante baja al principio, y en general el volumen del concierto no subió mucho. Tarea para los sonidistas del próximo año.

Canciones más pop como “Cold Day in the Sun” se mezclaban con el virtuosismo instrumental de temas como “Stacked Actors”. En “Monkey Wrench” se vivió una de las mejores postales del festival, cuando Grohl sube al escenario a una niña y su padre, para dejarlos en un costado de este para que vieran el resto del concierto. Hubo de todo. Emoción en “Let it Die”, ese furioso tema donde el líder de la banda le recrimina a Courtney Love el suicidio de Kurt Cobain, y nostalgia con canciones antiguas como “This is a Call”. Incluso hubo un cover de “In the Flesh?” de Pink Floyd. Hacia el final del concierto, Grohl hace un emotivo discurso reflexionando sobre la importancia de Lollapalooza y como este había cambiado el mundo, y prometió volver. “Everlong”, como siempre, cerró una gran velada.

Fueron dos días de celebración de la mejor forma de arte que se le podría haber ocurrido al ser humano. Música, espectáculo y audiencia fueron uno solo durante un fin de semana inolvidable. Dave Grohl tiene razón: Lollapalooza sí cambió el mundo. Esperamos que lo siga cambiando el 2013.


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