jueves, 17 de mayo de 2012

[REVIEW] 12 cuerdas para Tony Levin


Faltaban diez minutos para las 21 horas, y la figura larga y calva de Tony Levin se asoma en el escenario para afinar su Chapman Stick, instrumento de 12 cuerdas que funciona como bajo y guitarra a la vez. Con su clásico look a lo Ghandi, se arrodilla tranquilamente sobre su instrumento, mientras el público lo aplaude a rabiar. Poco después, desaparece, ante un Teatro Nescafé de las Artes repleto, cuyo calor humano compensaba el gélido ambiente santiaguino. Lo que pasa con Levin es curioso. No es un artista de mucha llegada en Chile, a pesar de ser uno de los músicos más respetados en la historia del rock. Su concierto prácticamente no fue promocionado, y aún así, logró llenar un teatro, que esperaba ansioso ver la segunda visita de su grupo Stick Men, en nuestro país.


Las luces se apagan, y a escena entra Levin, seguido del baterista Pat Mastelotto, y el guitarrista Markus Reuter. Los dos primeros son viejos conocidos para cualquier rockero: Ambos coincidieron por 20 años en King Crimson, además de participar en un sin número de proyectos paralelos. Reuter es la última adquisición del trío. El alemán reemplazó a Michael Bernier en 2011, tocando la Touch Guitar, un instrumento diseñado por él mismo que mezcla el Chapman Stick con la Warr Guitar.

Un breve saludo da lugar a "VROOM VROOOM", pieza instrumental de 1994 de King Crimson, caracterizada por una complejidad rítmica asombrosa, llevada por Mastelotto, con Levin y Reuter haciendo gala de su virtuosismo en sus instrumentos, además de una sorprendente nitidez en el sonido. Le sigue el pesado riff de "Smudge", para pasar a la potente "Big Dog", ambos temas del disco "Absalom" (2011). La dinámica del grupo es sorprendente. En ningún minuto pifian o bajan la intensidad. La batalla de sonidos que genera Levin no muestra señas de sus 65 años. A veces durante la misma canción, el hombre del stick y su guitarrista intercambiaban partes, uno haciendo el bajo rítmico y el otro la parte de la guitarra, y viceversa.

Uno de los peaks musicales de la noche fue "Slow Glide", del álbum de solista de Levin, "Stick Man" (2007), el trabajo que partó este proyecto. La canción partió con Mastelotto mezclando percusión con baterías electrónicas, genernado un ritmo hipnótico, mientras voces sintetizadas creaban un coro. Con esa intro lenta, se daba paso a la electrónica experimental del tema, con el stick de Levin nuevamente demostrando todo su arsenal sonoro y escuchando al bajista cantar por primera vez en la jornada.

Gracias a la influencia de Reuter, dicípulo de Robert Fripp, el trío se despacha "Breathless", tema de 1978 del guitarrista de King Crimson. También habría lugar para canciones nuevas como "Cusp", que sería seguida de un momento de autentica histeria para los fanáticos del rock progresivo: Levin golpea fuerte su instrumento tocando el riff de "Larkes Tongue in Aspic pt 2", el clásico de Crimson de 1973, que generaba aplausos espontáneos en medio de la interpretación, sobre todo a un inspirado Reuter.

Levin introducía en español (como en toda la noche) otros dos temas nuevos: "Sepia", una composición más sutil y ambiental, y "Open pt 3" tema central del álbum que sacaron recién la semana pasada, y que es simplemente expectacular. Fundamentalmente improvisación, la canción parte tranquila, subiendo de a poco la intensidad, terminando en una explosión de virtuosismo de sus miembros. Le sigue "Soup", donde nuevamente Levin se toma el micrófono, en una pieza con una dinámica que cambia permanentemente.

Aparecen nuevamente los covers de King Crimson para deleite del público: el lento "Matte Kudasai" del álbum "Discipline" (1981), cantada en español por Levin, y la legendaria instrumental "Red", del álbum homónimo de 1974, nuevamente haciendo gala de los complejos ritmos que pueden aguantar Reuter, Levin y Mastelotto. Volvemos a otro peak de la noche con "The Firebird Suite", cover de más de 10 minutos de la pieza compuesta por Stravinsky. Los cambios de movimiento y juegos de intensidad en la banda generan aplausos y vítores hacia el impresionante espectáculo. Con esto nos vamos al enconre.

Mientras la gente sigue aplaudiendo de pie, el trío vuelve y empieza una improvisación de varios minutos, en donde nuevamente vemos los dedos de Levin y Reuter moverse a la velocidad de la luz. Como última sorpresa, los músicos empiezan a marcar la primera nota de una intro inconfundible para los fanáticos de King Crimson: "Indiscipline" que sirve también para dar espacio a un extenso solo de batería de Mastelotto, que pone a prueba a sus compañeros cambiándoles constantemente el ritmo, antes de que aparezca como una explosión el riff principal de la canción, y esas perturbantes letras en el más puro estilo corriente de conciencia, compuestas por Adrian Belew.

Todo termina, en casi dos horas de uno de los conciertos de mayor calidad musical que pueda recordar. Levin sonríe y saca fotos a un público que nuevamente http://www.blogger.com/img/blank.gifestá de pie aplaudiéndolo a él y a su banda. No se merece nada menor. El calvo músico y compañía son exponentes de un estilo que empezó a agonizar hace tiempo, pero se rehúsa a morir, gracias a gente perseverante, talentosa, y que no les importa que todo el mundo vaya en la dirección contraria. Los Stick Men dieron una cátedra sobre como mezclar virtuosismo, pasión y emoción. Es imposible no estar atento a cuando decidan venir de nuevo, para repetir tan grata experiencia.

*Foto vía rocknvivo.com (Fotógrafo: Javier Valenzuela)

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