domingo, 30 de octubre de 2011

[REVIEW] Ceremonials


Para una cantante indie hoy en día, el segundo álbum es fundamental. Marca la diferencia entre una artista que opta por tomar riesgos y evolucionar, versus una que prefiere quedarse en su zona de comodidad y explotar los sonidos ya explorados. Después de un exitoso debut con "Lungs" (2009), Florence Welch podría haber seguido la ruta del melodioso y alegre indie pop de su mayor hit, "Dog Days Are Over". En cambio, la cantante y su banda se adentran en territorios inexplorados, en busca de una vuelta de tuerca para su estilo, que genera resultados simplemente maravillosos, y dan lugar a "Ceremonials".



Desde el primer track, Florence + The Machine se intenta desmarcar de la luz de su LP debut, hacia lugares más oscuros. "Only If for a Night" es una canción de coros pop pausados y con eco, marcados por el piano y la batería, junto a Welch sacándole rendimiento a su garganta a través de falsettos, técnica nueva en su repertorio. Inmediatamente viene el mayor himno del álbum, la emocionante y potente "Shake It Out" que da lugar al hipnótico sonido de "What The Water Gave Me".



"Never Let Me Go" es una balada romántica, del estilo de "Cosmic Love" del primer disco, en donde se compara al amor con el océano, concepto que se repìte a lo largo del álbum. Luego viene "Breaking Down", canción que parece sacado del pop italiano sesentero, para luego pasar a la excelente "Lover To Lover", en donde Welch mezcla de forma exelente el Soul y el Rock a lo Tina Turner, estallando su voz en los coros que lucen lo mejor de su registro.



El mejor momento del disco llega con "No Light, No Light" un potentísimo lamento sobre una relación rota, con vocales que derrochan una envolvente angustia, transformándose la canción más emotiva del LP
. Después de esa seguidilla de energía, el disco baja durante unos minutos el frenesí, con la oscurísima "Seven Devils", con una siniestra melodía que hace ver a "Lungs" a años luz de distancia.



Una batería tribal da lugar a "Heartlines", otro de los puntos altos del disco. Es en esta canción, junto al tema que le sigue, "Spectrum", en donde Welch decide lucirse para demostrar todo su poderío vocal. Los dulces murmullos de su disco anterior, dan lugar a exigidas melodías, dando el máximo posible de su garganta, en donde la voz de la cantante parece a punto de quebrarse, pero logra mantener las notas de manera sorprendente. La jocosa "All This and Heaven Too" vuelve a entregar sonidos alegres y de celebración, para luego llegar al final del álbum con las oscuras referencias sexuales de "Leave My Body" que termina de manera épica este trabajo.



La producción de Paul Epworth consigue una entrega brillante. Las canciones exploran muchas más texutras y capas que el disco anterior, e impulsa a Florence a ampliar su técnica vocal. Los teclados de Isabella Summers son mucho más prominetes que antes, siendo la pieza fundamental en la instrumentalización de varias canciones. "Ceremonials" brilla con luz propia, desde las melodías, hasta el orden de las canciones y las cuidadas letras. Es uno de los mejores álbumes del año, si no el mejor, y demuestra que Florence Welch puede desmarcarse de sus propios trabajos, y tiene una promisoria carrera por delante.

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