Victoria Legrand y Alex Scally
hacen música hipnótica y etérea, llena de capas de sonido infinitas y voces
ahumadas indivisibles entre sí. A eso se dedican y eso saben hacer bien, por lo
que no es de extrañarse que Bloom, su cuarto trabajo como Beach House, ahonde
en las estructuras y atmósferas exploradas en su triunfante anterior disco,
Teen Dream (2008). Más potente, más melódico y más trabajado que sus otras
entregas, Bloom es el sonido de una banda llegando a términos con quiénes son y
qué desean hacer, resultando en la música más cohesiva del dúo hasta la fecha.
Los teclados y la siempre flotante voz de Legrand luchan contra los loops de
guitarra de Scally, dibujando canciones inmensas que dialogan entre ellas en un
flujo sonoro nostálgico y cinemático. Si bien no es la declaración artística
definitiva que la banda prometió durante su realización, sí estuvieron
ridículamente cerca.
(Por Ignacio De la Maza)
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